La Máquina Infernal y el cocido del jueves 24


Después de tan mala noche, pensó que sería harto complicado afrontar el día. Menuda tontería, de todos modos debía hacerlo.

Cogió con ambas manos la taza de humeante café, aferrándose al calor que esta desprendía. Cerró los ojos, aspiró el profundo aroma de su café tueste natural y bebió.

-Joder!- gritó mientras abría las manos. Observó a cámara lenta como caía la taza que le regaló Raúl para su cumpleaños, cómo se hacía pedazos contra el suelo y, cómo la mayor parte de aquel maldito café, caía sobre sus zapatillas nuevas de cebra.

-Pues si que he empezado bien el día- refunfuñó mientras limpiaba el destrozo. Se preparó otra taza de café y se la bebió de un trago. Esta vez le puso azúcar.

Llenó la olla de agua, metió un par de huesos, un rabo, un trozo de espinazo, varios trozos más de carnes y la puso al fuego. Mientras empezaba a espumar puso el lavavajillas con los platos de la cena, limpió la mesa, recogió por encima. Se sentía cansada, sin duda le habían faltado al menos 3 horas de sueño más. Una vez espumado, añadió la garbanza, cambió la olla al fuego pequeño, la tapó y subió a la ducha.

Se quedó quieta, cerró los ojos y dejó que el agua caliente limpiara su aura de arriba a abajo. con su mente veía caer el agua cada vez más clara, cada vez más limpia. Tras secarse y ponerse crema se vistió. No pensaba salir así que zapatillas de deporte maya y camiseta.

Eran ya las 10´00 cuando se sentó delante del ordenador. El cocido empezaba a envolverlo todo con su aroma- qué ganas tenía de que llegara el invierno-pensó mientras inhalaba aquel entrañable olor.

Abrió su correo, contestó a algunos y eliminó el resto, abrió un página de world y comenzó a escribir:

Cocido de hoy jueves 24

El cocido de hoy tiene una peculiaridad, como todos los demás cocidos. Esta es que hoy viene El Maño a comer, así que , el cocido de hoy, lleva más de todo. Por lo demás lo voy a preparar como siempre, quiero que sea muy blanco así que no le he puesto ternera. Ahora que lo pienso no sé si tengo habichuelas verdes...da igual, luego lo miro, si no, tengo acelgas...

Por consiguiente los ingredientes para el cocido de hoy jueves 24 son:

1 rabo de cerdo (se entiende solo un trozo), una tajada de tocino crudo, otra de ibérico curado, 2 trozos de costillas, 2 huesos blancos, 1 corteza de jamón (al Maño le va a gustar), de carnes ya vale. Garbanzos un par de patatillas, tal vez apio, tal vez yerbabuena (lo decidiré cuando tenga un poco más de hambre)y lo que tenga verde por ahí.

Observará el querido lector que he obviado la morcilla y el chorizo. Tengo mis razones. No tengo chorizo y no tengo ganas de salir a comprar. Y se de buena tinta que el Maño, tras su último viaje volvió con la mochila llena de morcillas de Burgos que, según creo, ha devorado con verdadera pasión. Natural.

Bueno, sin más pasemos al proceso de elaboración del cocido de hoy jueves 24:

Llenamos una olla grande de agua, añadimos las carnes y huesos y la ponemos al fuego. Pronto aparecerá espuma por la superficie, la retiramos. Cuando deje de espumar agregamos los garbanzos, ponemos al mínimo, tapamos y dejamos hacer a lo largo de la mañana. Tardará 3 hora por lo menos.

No olvide querido lector observar de vez en cuando, vaya a ser que, por motivo de la evaporación causada por el lógico calentamiento del líquido de dentro de la olla, al estar sometido a temperatura, se queden sin caldo las viandas, en cuyo caso no quiero ni pensar el desastre que tendría lugar. Pues bien, ya que somos precavidos, añadiremos agua caliente a menudo a la olla, para mantener el nivel de caldo en todo momento.

Calcularemos 15 minutos antes de que el cocido esté hecho, para añadir la patata troceada, lo verde que tengamos y la aromática que decidamos cuando nuestras tripas comiencen a sonar.

Fin de la entrega 3527.








Guardar como, copiar, pegar. Editar las fotos. editar texto con fotos, publicar. Bien el trabajo de hoy está hecho.




Levantó los ojos de la pantalla y notó que algo iba mal. Intentó levantarse pero sus caderas estaban atrapadas en los reposabrazos de su sillón de cuero negro. Miró para abajo y se le presentó su difunta y oronda abuela materna, embutida en una, aparentemente a punto de explosionar, maya negra de licra. La barriga bajo la camiseta de AC DC le llegaba casi a las rodillas y sus , inmensas tetas, habían resquebrajado la pintura de las letras de la camiseta negra de tirantes.

Chilló durante 10 minutos, se escapó del sillón negro de cuero dejando uno de sus brazos colgando. Intentó subir por las escaleras hasta el espejo de su dormitorio, pero pensó que sería más acertado salir y entrar por la puerta de arriba. Así lo hizo. Aún seguía chillando, de manera que a su lento y agónico paso, los gatos salían despavoridos al ver semejante aparición, todos ellos con el rabo erizado. La perra, fiel hasta entonces, intento, sin dejar de ladrar, morderle las mollas colgantes de sus enormes posaderas. las gallinas parecían estar poniendo constante y eufóricamente, gritando cada huevo con verdadero estruendo.

Llegó por fin ante el espejo. Comenzó a chillar de nuevo. Por dios, su abuela de cuerpo presente ridículamente vestida con esas mayas de putón inmenso y esa patética camiseta que sabía era de AC DC porque era suya, porque las letras aparecían resquebrajadas sobre aquellas dos barbáricas bolas salientes.

Bajó todo lo deprisa que pudo, esta vez por las escaleras, no sin verdadero esfuerzo. se aproximó al portátil todavía abierto, se asomó con miedo a la pantalla. De pronto, de una manera diabólica, aquella máquina infernal comenzo a emitir unas chirriantes carcajadas in crescendo. En un último y más que lúcido ataque de histeria, con sus hinchadas manos cogió el ordenador, lo arrancó de cuajo del cable de red y el de conexión a internet, abrió la puerta de cristal y lo lanzó, no sin una mala leche pasmosa, a la piscina que en ese momento acababa de arrancar el motor de la depuradora.

Cerró los ojos dejando que la bañaran los rayos del sol mientras, mentalmente, visualizó las grasas de su oronda y difunta abuela derretirse bajo el sol y caer sobre su maya de licra negra y la camiseta de tirantes de AC DC, hasta que se sintió seca y delgada. Abrió entonces los ojos. Su cuerpo volvía a ser su cuerpo, la abuela había vuelto a allí donde quiera que reposaran sus huesos. No miró a la piscina.

Entró en casa, abrió una cerveza, puso la mesa, y bebió su cerveza mientras esperaba a los comensales. Hoy le voy a poner al cocido del jueves 24, yerbabuena, Hhmmmmmmm, EL Maño se va a chupar los dedos.


Comentarios

Los greñúos ha dicho que…
qué bueno y chulo el post!!
Efectivamente, el maño se puso las botas, había que estar preparado para la dura sobremesa de después...
Esperamos más, un besico!!!
María Pimientos ha dicho que…
Siempre hay más!!!

Un besico...