COMER Y SIERRA NEVADA






Sábado 9´30 de la mañana.

Llegamos en coche al Albergue de Borreguiles, la lanzadera que nos llevará al principio de la marcha sale en 15 minutos...los que tenemos para desayunar.

Un té y una tostada de aceite y tomate, por cierto, exquisita, y subimos al refugio de La Carihuela.

11´45 de la mañana.

Mochilas a la espalda, mochilas que pesan, pesan mucho. Ya estamos todos (hemos subido en dos tandas), comienza la marcha.

Andar, primero pistas, luego seguir la vereda, a veces adivinarla.

Subir al Mulhacen es básicamente subir un monte...todo para arriba, uf, muy agotador. Para colmo subimos a mas de 3000metros de altura, esto significa que la respiración se hace mas dificil...parece que te asfixias todo el rato, las cuestas son eternas.

Me acuerdo de la tostada del albergue...hhhhmmmmm...el pan estaba tan jugoso y tierno...

1´00 de la tarde.

Hacemos una parada en un mirador alucinante con unas vistas vertiginosas. Un trago de agua, unas nueces y almendras, otro trago y seguimos andando.

Nuestro destino es La laguna de La Mosca, en el ala norte del Mulhacén, por lo visto es un lugar precioso donde pensamos acampar y pasar la noche.

El guia de la lanzadera nos comenta en la subida que, si pernoctamos en la sierra, conviviremos con cabras y zorrillos, también nos advierte que no nos alejemos de las veredas y los refugios.

Para llegar a La Mosca, cási al final, hay una montaña, escarpada, con unas rocas cortantes y súmamente empinadas que hay que sortear. Una caida es herida segura...cuando menos. Por suerte ninguno caimos...todos mis compañeros de acampada son expertos, yo...tuve suerte.

3´15 de la tarde.

Por fin llegamos a la laguna..se han quedado cortos...es un sitio alucinante, una verdadera maravilla.

Nada mas llegar y, después de tomar aliento, por mi mente pasan 3 cosas; tengo hambre, estoy en plena naturaleza,y...para volver tengo que subir por donde hemos bajado...me plantéo si podría "sobrevivir"aquí.

El lugar es maravilloso. Comemos algo, unos huevos cocidos, pan y embutidos...con vino, he traido la bota. Después de un ratito de, simplemente estar tirados en la hierba, Rafa y Antonio que son expertos montañeros y, están locos (¿¿¿), suben como dos cabras cualquieras a la Alcazaba, al lado del Mulhacén,. Los demás paseamos relajadamente por los alrededores de la laguna y absorvemos el calor del sol de las rocas (energía pura) tras un baño en las gélidas aguas de la laguna.

8´00 de la tarde.

Mientras los vemos bajar del monte, montamos las tiendas...tengo hambre.

10`00 de la noche.

Hoy hemos sudado como pollos y, de pronto, hace un frío que pela.

Si estuviera en casa, a estas horas me apetecería una cerveza fresquita y una cena ligera, aquí, ahora, ¡¡¡necesito una sopa calentita( aunque séa de sobre) y un buen tiento al vino!!!.

No soy ninguna experta, pero al menos 20 grados de diferencia entre el dia y la noche si había.

Dobles calcetines, forros polares, todos los pantalones que lleves son pocos...hace demasiado frío, hasta las orejas se te hielan, ¿donde está la sopa?.

Julia ha traído un infernillo, vamos a cenar. Ternera empanada, pasta liofilizada, sopa calentita...yo miro a las cabras que rondan nuestro campamento y, lo siento, las veo fritillas con ajos, ó en caldereta, guisaillas con papas...animalicos, qué mala persona soy.

Acabamos de cenar y recogemos, no queremos que los zorrillos se coman nuestra basura, y nos tumbamos a ver la lluvia de estrellas, partiendonos de risa con las historias de Juan. Pocos minutos mas tarde sacamos los sacos, el frío es exagerado. Pedimos varios deséos y, después de un dia agotador, vamos cayendo como moscas.

Personalmente no pegué ojo, por un lado un frío inhumano, por otro el saco de dormir no es lo mío...la falta de movilidad me mata. Pero mereció la pena, el cielo estaba sublime.

Domingo 9´00 de la mañana.

Los zorrillos se han dado un festín en el campamento del otro lado de la laguna que, al parecer no pusieron a resguardo la basura. Las cabras vienen a darnos los buenos dias y...sigue haciendo frío.

Hace un dia precioso...tengo que subir el monte que me trajo hasta aquí, la verdad, no sé si seré capaz.

El desayuno es escueto, hidratos, galletas sobre todo...energía para subir.

10´00 de la mañana.

Arriba. Ellos, mis 5 compañeros y compañeras suben de una vez, yo tengo que parar varias veces, el camino es duro, a cada paso pienso que no soy capaz, es demasiado duro, pero...después de 45 durísimos minutos llegamos arriba. Estoy extenuada, faltan 4 horas para llegar al albergue (esta vez no hay lanzadera, es todo a pie), y poder sentarme y empinarme una enorme y fresquita cerveza, pero lo peor ha pasado...he subido el empinado y escarpado monte.

Ingrid nos invita a una manzana y comenzamos a bajar.

3´30 de la tarde.

Hemos llegado. Estamos sentados en la terraza del albergue con una jarra de cerveza entre manos, el camarero que no es tonto, nos regala con migas, jamón, tomate...que satisfacción, hemos pasado un montón de horas conviviendo con la madre naturaleza, con la Pacha Mama, nos hemos limpiado de "humos", nos hemos cargado de energía de la buena, hemos pasado un fin de semala alucinante.

Y ahora, al llegar a casa, una ducha, nos curamos los pies, y, aunque cási no tengo fuerzas, me meto en la cocina y preparo una suculenta, reconfortante y calentita cena...hay cosas que son sagradas.


Comentarios

nomadas de las fiesta ha dicho que…
tienes un blog muy interesante me ha encantado poder visitarlo,la verdad que lo haces ameno de leer y pienso que no te importa dedicarle el tiempo necesario al blog sigue asi,te invito a visitar mi blog y a devolverme el comentario,gracias y suerte con tu blog
Los greñúos ha dicho que…
La sopa de sobre nunca encuentra mejores paladares que aquellos que la saborean a 3.000 metros de altura. La bota de vino es fundamental si hay alguna petaca pues mejor.
Para la próxima podemos intentar un "arroz al aroma de la laguna" o algo así, según lo que se le pueda echar...
Aupa y un besico!
ingrid ha dicho que…
Un fin de semana genial, sí señora! Hay que repetir. Ayer mismo estuve de nuevo en la sierra y rememoré muchos de esos momentos...a pesar del esfuerzo! Me ha encantado el diario de la excursión. Ésa es mi María!