LA M UJER, LA ALIMENTACIÓN Y ALGO MÁS


Hace 2 años escribí este artículo, desde entonces lo he enviado, repetidas veces, a una revista local, con la que colaboro altruistamente, y, jamás lo han publicado...no entiendo porqué, a mi me parece un buen artículo.
Sea como fuere, ahora no necesito que nadie me lo publique.
Espero que os séa útil...

“UNA DELICADA FLOR EN TUS MANOS”

La Mujer, La Alimentación y algo más

Que somos nosotras las mujeres (salvo excepciones, y sin ánimo de discriminar a nadie) las que, habitualmente, nos encargamos de la alimentación y, por tanto, la salud del resto de la familia, es algo fehaciente. Ahora bien, debido a nuestro imparable ritmo de vida, ya que, en la mayoría de los casos nos vemos obligadas a llevar un horario, a contra reloj, para compaginar el trabajo del hogar y el de fuera de él, debemos tener en cuenta no descuidar nuestra propia salud. Salud que se ve amenazada por el estrés, los problemas de peso y su repercusión en nuestro estado de ánimo, la falta de reconocimiento por parte de algunos sectores de la sociedad (cada vez menos pero aún existentes), la falta de tiempo para el relax, para hacer algo sólo para nosotras, algo que nos enriquezca personalmente y, a la vez, nos estimule. Toda esta serie de situaciones, y muchas más, hacen necesario que prestemos una especial atención a nosotras mismas. No hay que olvidar que una mujer que no se cuida, no se preocupa por ella, no se quiere…de alguna forma trasmitirá esto a los demás, lo cual no es nada deseable. Sin embargo la mujer que mira por ella, trata de mantenerse sana y feliz, es alguien que tiene mucho que aportar al resto del mundo (exactamente lo mismo pasa, por supuesto, con los hombres, aunque ahora no es el caso que nos ocupa).
En algunas ocasiones tendemos a olvidar que cada persona, cada circunstancia son únicas. Con la alimentación pasa igual; Una mujer de mediana edad, con hijos y por tanto mucho trabajo, con un empleo fuera de casa, con los cambios físicos y corporales propios de la edad, además en edad menstrual (la maldición de las mujeres, que nos castiga con los inevitables cambios de humor del síndrome premenstrual, con las molestias y el dolor de la regla, con la pérdida de hierro que nos deja hechas polvo..), este tipo de mujer requiere de una alimentación especial, pensada solo para ella. Por otro lado está la chica adolescente, cuajadita de cambios, de sensaciones nuevas, una mujercita con miles de preguntas, con las hormonas hirviendo…está claro que tiene otras necesidades. Y la mujer más mayor, resignada a conformarse con menos, aunque sin dejar prenda que no sea estrictamente necesaria.
Hemos visto tres, hay tantos casos como mujeres. De ahí la importancia de considerar que tenemos nuestras propias necesidades, salvando las básicas útiles para todo el mundo en general, nuestra circunstancia es sólo nuestra, por lo tanto no debemos caer en errores como alimentar a nuestros hijos como lo hacemos para nosotras mismas (los niños requieren de más grasas, por ejemplo, puesto que consumen mas), ni a nuestros mayores, (los cuales necesitan de una alimentación especial dado su desgaste natural). Ni en general pensar que con cualquier cosa nos apañamos, tenemos que tener en cuenta que somos caducos. Lógicamente un buen mantenimiento nos alargará, cuando menos, la calidad de vida.
También hemos de ser conscientes de que tenemos nuestro papel, nuestra función…y nuestros derechos, y no por el hecho de ser de nuestro sexo (el fuerte sin lugar a dudas y dadas las circunstancias) sino por el mero hecho de existir, de formar parte de este curioso entramado.
La salud depende en gran medida de nuestra alimentación, lo sabemos, sin embargo no sólo nos alimentamos por la boca, hay mucho más y no debemos olvidarlo. Hemos de tratar de procurarnos una calidad de vida, cuidándonos y cuidando a los nuestros y sin olvidar, jamás, que no nos podemos dejar lastimar, bajo ninguna circunstancia, ni, por supuesto, lastimar a nadie. A menudo somos ejemplo para otros, sobre todo las que somos madres, sólo por eso tenemos la obligación de cuidarnos y empeñarnos en conseguir que ese ejemplo que vertemos sobre nuestros hijos, se convierta en vitaminas para cimentar sus valores, su autoestima, su futuro,…mucha responsabilidad, un bonito reto.
Todos merecemos una vida feliz. Todos…

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