Germinar semillas es una estupenda opción para cuidar la salud con poco esfuerzo, mucha satisfacción e innumerables beneficios para la salud, nuestra salud.
las propiedades de los germinados de semillas sanas, procedentes de cultivo ecológico y sin tratar, son enormes.
por un lado nos aportan similares vitaminas y minerales que frutas y verduras, además, con su consumo nos beneficiamos de sus encimas y alto contenido en clorofila.
Todo esto se resume en que, consumir habitualmente germinados o brotes tiernos, nos aporta prevención ante el cancer, juventud visible en la piel y músculos y vitalidad, además de los benefícios sabidos de consumir vitaminas y minerales...entre otras muchas cualidades.
Lo mejor es consumir los brotes crudos, en ensaladas, como guarnición, en los desayunos con tostadas ó queso fresco…y en el caso de las legumbres podemos germinarlas brevemente antes de su cocción, así conseguiremos por un lado reducir el tiempo de cocinado lo que conlleva un ahorro energético, y por otro lado estas legumbres serán mucho mas digestivas y nutritivas cocinadas de esta manera.
Podemos germinar casi cualquier semilla, excepto las solanáceas (pimientos, tomates, patatas, berenjenas…) por su toxicidad. Las mas comunes son alfalfa, rábano, lenteja, soja verde, berro, mostaza, cebolla, zanahoria, col, como veis tenemos un montón de posibilidades.
También podemos hacer mezclas, teniendo en cuenta el tamaño de las semillas y su poder germinativo, y así hacer vistosos y sabrosísimos platos.
Para germinar tenemos dos opciones, comprarnos un germinador (en agropecuarios existen unos muy bien de precio), ó bien utilizar para ello recipientes que tenemos en casa. En este caso os cuento como hacerlo, necesitamos:
1 tarro de cristal de boca ancha.
1 trozo de gasa o media algo más grande que la boca del tarro.
Una goma ó un cordoncillo para sujetar la tela al tarro.
Semillas, agua y un paño seco para tapar el tarro.
En primer lugar lavamos un puñado de semillas, las introducimos en el tarro cubiertas de agua, tapamos con la gasa que sujetaremos con la goma, y dejamos unas horas (podemos aprovechar la noche).
A continuación le quitamos el agua, enjuagamos (todo esto con la gasa puesta), tapamos con el paño seco y dejamos en un rincón de la cocina, al día siguiente volvemos a enjuagar.
Este proceso dura de 2 a 5 días dependiendo de la semilla, el clima (lo suyo son 22º), etc. Una vez que le salen las hojitas al tallo, se los presentamos al sol para que sus rayos le ayuden a producir esa clorofila tan beneficiosa para nuestra salud.
En cuanto se coloreen de un bonito verde, estarán listos para comer. En el frígo aguantan 5 días.
Comentarios
Y a tus padres les debo una visita, en cuanto pueda me escapo a ese vergel donde vivís, lo estoy deseando
Un besito Isa y muchas gracias por dedicarme tu tiempo y tus comentarios.
Mi pregunta es si al comerse, sólo se come la partecita que germinó y el grano se desecha... o se pueden comer los dos??? Cómo es la cosa..?
Del germinado se come todo, tallo, hojitas...todo. la semilla suele desprenderse al abrirse, esto varía de unas semillas u otras, aún así, las que permanecen también se comen... todo.
seguiré intentandolo )