RAVIOLIS DE SALMÓN capítulo 1, El Amasado…

TE SUGIERO QUE ESCUCHES MIENTRAS LEES, A LA GRAN NINA...


Nina Simone - Do I Move You






Todo se compone de esa esencia, todo emana ese aroma, todo tiene su porqué y en ello se basa. En definitiva debemos nuestra existencia a lo que “comemos” en el camino y cuanto más largo sea dicho camino, más profundo será el olor que nos envuelve, más interesante la historia de la que nosotros habla.


Una buena harina, cuando es fresca, debe adherirse a nuestros dedos limpios y secos cuando los introducimos en ella y, ha de ser moldeable en porciones pequeñas, esto es, debemos poder formar una frágil bola con las yemas sin dificultad, como si de una miga de pan se tratara, aunque no tanto.

"Sobre el mármol limpio volcamos en forma de montaña la harina. En la cumbre de dicho montículo hacemos hueco con los dedos y cascamos allí los huevos, que ni que decir tiene, han de ser extremadamente frescos.

La frescura de un huevo, a no ser que lo veamos salir de debajo de la gallina haciendo ese “cloc” característico sobre la paja, la averiguaremos introduciendo éste en agua salada. Sólo si se va al fondo es nuestro huevo, si se despega lo más mínimo de él es un huevo que no sirve si no para llenar el cubo de la basura.

Sin más y con cuidado vamos mezclando los huevos con la harina, con cuidado porque éstos dirán de salirse, de escapar de la montaña para rodar por el mármol, cosa que, nos costará trabajo pero impediremos.

Amasando con paciencia con nuestras manos desnudas como única herramienta conseguiremos, transcurridos no menos de 10 minutos, una masa compacta y homogénea, similar a la del pan pero más dura. Ahora cogemos el rodillo más grande de que dispongamos y, espolvoreando harina de vez en cuando, vamos extendiendo la masa. Este es un excelente ejercicio para el pecho, es más, si nos entregamos a ello, como mirándolo bien, se deben hacer las cosas, es sumamente sensual;

Una mujer remangada, con el pelo recogido a excepción de un par de rizos que caen por sus sienes, apretando el pecho sobre un rodillo que se desliza, masa arriba, como una caricia en la espalda del fogoso amante que sobre nosotros yace. La mujer jadea muy sutilmente por el esfuerzo y, acompasadamente, su vientre va y viene en sintonía con sus blancas manos y sus senos, cada vez más erguidos, parecen como los huevos, buscar una salida…"


A todo esto, envolvemos la masa en un paño limpio y la dejamos reposar 1 hora.

CONTINUARÁ...

Comentarios

Oseypunto ha dicho que…
eXXXtraordinaria fotografía ... y relato.
María Pimientos ha dicho que…
Gracias Ose...continuará..