Os aseguro que no estoy exagerando. Este lugar a tan solo 2´5 Km. de Órgiva, situado en un valle natural repleto de olivos, naranjos y, almendros, bañado por el sol, rodeado de montañas, situado pues en un entorno natural perfecto para calmar el espíritu, relajar el oído y respirar a pulmón abierto, es donde se encuentra el Cortijo Laureles.
Este pasado fin de semana he tenido algo muy importante que celebrar, algo que merecía un fiestorro. Estaba pensando organizarlo en cas cuando recibí un correo de luna, invitándome a conocer su cortijo en La Alpujarra, el Cortijo Laureles.
A pesar de que me encanta preparar fiestorros en casa e invitar a mis amig@s, esta vez decidí aprovechar la invitación de Luna y convocar a todos allí. La verdad es que fue un acierto porque éramos alrededor de 25 adultos, a demás de niñ@s y bebes…yo no tengo tantas sillas!
Sábado por la mañana, todos los amigos avisados, quedamos directamente en el Cortijo. Una vez llegas a Órgiva, giras por el Día a la izquierda, coges la carretera de Tíjola y, 2´5 Km. más adelante está Cortijo laureles.
Nada más llegar, se ve una construcción de planta baja, decorada en blanco y añil, rodeada de olivos enormes y naranjos en la vertiente norte y un enorme prado verde, salpicado de flores amarillas, al sur. Nos ha tocado un día excepcional, solo siento no haberme traído una camiseta de tirantes…hace calor.
Nada más bajarnos del coche, Eduardo sale a recibirnos, nos indica donde pueden ir aparcando el resto de coches y nos enseña el lugar. Nos acercamos al cortijo en si, allí está Luna, que nos saluda con una alegría contagiosa. Huele a gloria, así que me cuelo en la cocina para saludar a Elisabel, la responsable de ese aroma y regente del Cortijo laureles, junto con sus hijos Eduardo y Luna.
Elisabel es una mujer con un marcado espíritu ecológico, con una aparente paz interior y muy buena mano para la cocina…estamos en buenas manos. La pillo en plena faena, dándole vuelta a una preciosa y gordita tortilla de patatas. Conversamos un rato mientras llegan mis amigos y me doy cuenta de que lleva su negocio con mucho entusiasmo, se regocija con el hecho de compartir ese entorno tan privilegiado con el resto del mundo y, se desvive cocinando y preparando para sus comensales. Entusiasmo que comparten tanto Luna, que además de ayudar a su Madre en la cocina y encargarse de las relaciones públicas y el servicio, cámara en mano inmortaliza cada detalle, cada plato, para confeccionar su Web,como Eduardo, su hermano, que hace las veces de guia, camarero...los tres lo llevan todo y hacen un buen equipo.
Ya estamos todos los que finalmente vamos a pasar el día en el Cortijo, que es la idea de Cortijo Laureles, no solo comer e irse como suele ser habitual, Cortijo Laureles invita a pasar el día y disfrutar de los bonitos paseos que ofrece la finca, de la contemplación del paisaje serrano. De manera que, tras tomar una cerveza y unas tapillas, damos un paséo para conocer los alrededores y hacer más hambre (si cabe), a que los niños se cansen un poco y a dar tiempo a que Luna y Eduardo vistan las mesas en el prado.
Vamos tomando asiento, los niños tienen hambre, se han sentado los primeros. Y van llegando platos y platos de cosas muy ricas. Cortijo Laureles ofrece, además de comidas por encargo como migas, potajes, etc., dos opciones de menú. El primero a un precio de 15€ por comensal, consiste en aperitivo, ensalada, plato principal, bebida y postre. El segundo, con un precio de 20 € por comensal, consiste en un menú degustación, a base de numerosas elaboraciones, ensaladas, plato principal, bebida y postre. Nosotros hemos optado por la segunda opción, así que la mesa se ve salpicada por platos de endivias con salsa de queso azul, ensaladas de pimientos asados, rusa , fresca y pipirrana, unos boquerones en vinagre con un interesantísimo toque de limón, tortillas de patatas, croquetas de pollo, unas morcillas deliciosas, chorizos…en fin, variedad de elaboraciones tradicionales con un predominio de verduras y hortalizas que, personalmente, agradezco un montón.
Como colofón de los platos salados, llega el cous-cous con pollo. Como podéis ver, es un menú sano, divertido y que gusta a todos, en especial a los niñ@s que, la verdad, están un poco cansados de que los menús infantiles en los restaurantes y tascas no pase de los macarrones con tomate, las papas con huevo o el san Jacobo. Elisabel piensa en todos esos detalles, no hay duda.
Los postres son igualmente variados y caseros en su mayoría, como un bizcocho de manzana, una Mouse de chocolate, arroz con leche, helados varios, etc.
Un chupito con su brindis, estamos de celebración, y un último paseo por la finca, bolsa en mano, a cosechar algunas naranjas que Elisabel nos ha ofrecido. Antes de marcharnos un momento más de contemplación al cielo, casi rojizo, del atardecer en La Alpujarra, una bocanada de aire para cargar toda la pureza posible y vuelta a casa…volveremos, sin duda, ha sido un día precioso.
Comentarios
un saludo desde Compostela
lamam
Ya sabes, cambiamos de lugar de vez en cuando... quizás menos a menudo de lo que nos gustaría...
Te agradezco mucho que estés ahí... Y te felicito por tu trabajo, me gusta, es elegante, interesante y muy, muy rico! (también te sigo...)
Por aquí y por allí nos vemos... a seguir!!!
Un besazo y mucho ánimo... a cuidarse!